
Después de varias semanas regresamos al parque, y como no podía ser de otra manera con triunfo para la familia Misuraca (sin Tino esta vez). Un partido donde reinó el pelotazo largo a partir de la pegada precisa de Lucas y de la presión en el mediocampo. Ni siquiera el hombre de más pudo solucionar algo para el equipo de Piñón, la derrota ya estaba decretada.

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